BLOQUEO LITERARIO O ...FUCK! LAS PUTAS MUSAS SE HAN MARCHADO...

Intentar escribir y…Oh, my god! Fuckkk! Las putas musas se han marchado dejándome tirada!!!!

¿Cuántas veces os ha sucedido eso de querer poneros a escribir y no encontrar las palabras? 

Abrir la libreta y que por mucho que escribas, tachas a la misma velocidad con la que nacen las palabras, y nada fluye como debería.

Encender el ordenador, y que una rayita vertical parpadee una y otra vez, sin que ninguna letra emerja.

Bloqueo del escritor, ¿quién no le ha sufrido alguna vez?

Desde que decidí que quería escribir, para sentirme mejor conmigo misma, para vaciarme de aquello que me hacía mal, para crear…he sufrido distintos tipos de bloqueo literario. Unos desaparecen más rápido que otros, y son los que más tardan en marcharse, los que más daño hacen al yo escritor, a su valentía y esencia, pero algunos son los más fructíferos.

Para mí existen diferentes tipos de bloqueo, quizá para vosotros también.

- El bloqueo temporal: ese que nos ataca cuando nos disponemos a escribir y las musas parecen andar despistadas o medio escondidas. Ese que con un poco de ambiente, una bebida entre las manos, velas aromáticas, incienso y música inspiradora que nos gusta se disipa y acaba por difuminarse como humo de tabaco.

+NIKOSIA (música inspiradora y las geniales voces de Rocío Carmona y Jordi que me hechizan totalmente) y/o H.I.M. (y la voz de mi amado Ville Valo), una taza de té verde o una Guinness, velas aromáticas...

- El bloqueo anímico: este ya no es temporal. Puede durar días, incluso semanas. A este hay que gritarle para que desaparezca. Este sucede cuando algo dentro de nosotros no está nada bien, cuando algo nos ha hecho daño y nuestras fuerzas han quebrado, cuando los problemas que nos rodean se sienten como gigantes de piedra y creemos que no podremos salir del pozo negro en el que estamos sumergidos. Nuestro alrededor nos bombardea y entonces nos creemos pequeñitos. Nos pensamos nadie. Creemos que no valemos para escribir, que no hacemos nada bien. E intentamos crear para demostrarles a nuestros demonios que están equivocados, y no nos sale nada. Ni una palabra. Y solo queremos llorar, y llorar, y recostarnos en el sofá agarrados a un cojín de las Monsters High, y seguir abrazados a la tristeza. Porque sí, es más fácil. Pero entonces, entre lágrimas recordamos una frase lanzada por una amiga, recordamos a los que creen en nosotros, a los que están orgullosos de nosotros. Y ponemos música. Pero no abrimos ni la libreta ni encendemos el ordenador. Cuando nos hemos cansado de sentirnos idiotas, ponemos la música que nos encanta, no la que nos gusta, sino la que nos vuelve locos (cada uno elegirá una distinta), y gritamos, bailamos, soltamos adrenalina, y con ella se esfuman todos nuestros demonios.

En mi caso pongo distintas canciones de un mismo grupo: AMON AMARTH. 

Para que mis vikingos suecos me ayuden a sacar ese lado mío tan cántabro. Y entonces me sumerjo en una burbuja y sueño. Y me creo que tengo un hacha en mi mano derecha (en la de la pluma), y en la izquierda un escudo bien grande con el que aplacar al enemigo (todos y cada uno de mis demonios) y grito embravecida. 

Como una fiera me crezco, lucho mi propia batalla y cuando finalizo de luchar...

El cuervo que llevo tintado en mi piel y las Inciales de la banda "A A" dan energía a la pluma, y la sangre roja que corre por mis venas burbujea palabras, y si, ya estoy lista para sentarme a escribir. Porque una frase de una canción, una imagen de una serie televisiva, un recuerdo o un sueño pueden dar cuerda a mi cerebro.

Y entonces, abro la libreta, enciendo el ordenador, y mientras tanto me pinto las uñas con mi frasquito de Sephora, del mismo color que las gotas que me dan la vida, que me hacen sentirme fuerte y valiente, que me ayudan a verter y derramar mi propia sangre en palabras. Y con las uñas pintadas de rojo, ya puedo enfrentarme a la batalla de la hoja en blanco. Y tecla a tecla las letras nacen.

+"Cry of the black birds", "Runes to my Memory", "Pursuit of Vikings", "Death in Fire", "Without Fear", "Warriors of the North", "Father of the Wolf", "Blood Eagle", "Destroyer of the Universe"...a todo volumen y a gritar como una posesa...

 

Y por último el más complicado de todos los bloqueos. Ese que no se alivia con nada, excepto con tiempo acontecido.

- Es el bloqueo al que yo llamo silencioso. ¿Por qué? os preguntaréis.

Porque ese bloqueo no hace que las musas se esfumen, o se despisten, ese bloqueo lo que provoca es silencio perpetuo. No hay palabras para escribir, pero tampoco hay palabras para nacer pronunciadas mediante la voz. Las manos no escriben, la tinta se seca, la voz calla y el corazón y el alma enmudecen por completo.

Es el tipo de bloqueo que sentimos cuando debemos despedirnos de alguien al que queremos con todas nuestras fuerzas (si tenemos la suerte de poder despedirnos, que a veces tampoco está de nuestro lado). La muerte se ha llevado a nuestro padre, abuelo, (aquí que cada uno ponga su propia pérdida), y entonces nos sentimos fuera de este mundo. Perdidos, desubicados, tristes, abandonados. Y las fuerzas no flaquean, directamente las fuerzas no existen. Y queremos escribir cómo nos sentimos creyendo que así el dolor será menos intenso, menos desgarrador, pero nos resulta imposible porque no tenemos nada que decir. Nuestra esencia, la voz, que da vida a nuestras letras ha muerto. Así como un pedazo de nuestro corazón muere al morir ellos. Y necesitamos muchos días para volver a sentirnos alguien. Para volver a encontrar el camino de nuestro destino, el camino de regreso a casa. Aquí no hay música que pueda cicatrizar heridas o difuminar miedos, no hay incienso, ni velas aromáticas que nos hagan entrar en situación. No hay lágrimas que vertidas nos inspiren. No hay nada. Solo silencio yermo y eterno.

Necesitamos tiempo.

Sin embargo, cuando este bloqueo silencioso desaparece, después de esperar, de leer ciertos libros que nos han regalado en memoria de nuestro ser querido, y la música que nos encanta ha estado aliviándonos durante horas y horas, días, semanas, y las series que nos hacen reír (en mi caso Californication) nos han ayudado a olvidar el dolor (no a la persona que se ha ido porque eso es imposible), y dejamos de ser conscientes de las despedidas no pronunciadas, de ese olor que queda grabado a fuego lento en nuestras fosas nasales, de esas gotas de nuestra propia sangre que se han escarchado…

+Tiempo. Tiempo. Leer "El Bosque de la sabiduría de Francesc Miralles y Alex Rovira (para encontrar a nuestro maestro del bosque), H.I.M., NIKOSIA, AMON AMARTH, CALIFORNICATION.

El elixir color escarlata vuelve a hervir con fiereza.

Entonces…somos capaces de escribir las mejores palabras que hayamos escrito nunca. 

Y nos damos cuenta, no solo de que tenemos un alma escritor, sino que somos capaces de escribir mágicas palabras, de romper silencios perpetuos. Nos damos cuenta de que somos fuertes, guerreros invencibles que crecemos frente a las adversidades y salimos victoriosos de la peor caída.

Porque como dice mi amiga Maite Belda: La vida no da golpes que no podamos soportar.

Por lo que creo que no hay bloqueo literario tan fuerte que nos impida volver a encontrar a las musas y escribir, palabra a palabra, letra a letra.

Así que ya sabéis, sea cuál sea vuestro tipo de bloqueo... 

Poned velas aromáticas, incienso, esencias, cread ambiente. Sostened una taza de té o café, Colacao, batidos o lo que bien deseéis entre vuestras manos, poned música que os inspire, música que os haga volveros totalmente locos (no tengáis miedo a parecer ridículos, bajad las persianas, corred las cortinas y danzad), ved películas o repasad las escenas de vuestras series preferidas, y a luchar con la palabra. Tarde o temprano vendrá. 

Siempre vuelve. Os lo digo yo ;-)

Y vosotros, ¿qué utilizáis para romper vuestros bloqueos literarios?

¡Contadme! Me muero por saberlo!!