LA CHISPA QUE SE ENCIENDE...LA VELA QUE SE APAGA...

¡Estoy de vuelta! O eso pretendo ;-)

¿Qué tal vuestro verano?

Regreso después del parón vacacional para hablaros de esas ideas que nacen de una pequeña chispa, sea cual sea. Chispa que, después de un tiempo en barbecho, se va difuminando poco a poco en nuestro cerebro hasta que somos conscientes de que la vela que la mantenía encendida...se ha apagado.

Así, ¡sin avisar!

(Poner aqui gif trágico, chica que se agarra el pecho como si no pudiera respirar)  xD

La chispa que se enciende...la vela que se apaga...

¿Cuántas ideas hemos apuntado en diferentes libretas?

¿Cuántas ideas descabelladas hemos pensado que eran la mega pera, y con el paso del tiempo se han quedado en meros apuntes emborronados?

Estos días están siendo de reflexión. Estoy corrigiendo ciertos Susurros, después del Informe de Lectura de mi querida Isabel, y no hago más que preguntarme sobre si esas ideas, que tengo almacenadas esperando su momento, servirán de algo.

Sí, en estos momentos soy todo dudas. Aunque... ¿dejo en algún momento de serlo?

Ideas.

Divagaciones.

Locuras.

Cuando ese pensamiento fugaz deja de ser “LA IDEA”, ya no podemos hacer nada por rescatarla del fondo de nuestra carpeta negra. Aquello que nos parecía grandioso, con el paso del tiempo, ha dejado de serlo. Y entonces intentamos pincelar esa chispita de energía con matices diferentes, sumándola a otras divagaciones, a otras locuras; pero no funciona. 

¿Por qué?

Porque nosotros ya no somos los mismos. Porque cada día y cada segundo de vida nos cambian. Aquello que en un momento sentimos como importante, con nuevos minutos tras nuestro pecho, deja de parecérnoslo. Aquello que nos ha hecho llorar ahora ya no consigue removernos, aquello que nos ha hecho sonreír extasiados y dar saltitos de alegría ya no consigue hacernos mover ni un solo músculo. La chispa ya no alimenta a NUESTRA MAGNÍFICA IDEA.

¿Qué hacer cuando la vela se apaga?

En mi caso a veces la dejo apagarse, sin más. Porque al repetirla una y otra vez deja de parecerme una buena idea.

Sin embargo, cuando esa idea ha significado mucho para mí…Cuando ha sido mi sueño por cumplir durante mucho tiempo, me duele ver cómo se va apagando de a poquito. Es duro dejarla suelta y que otras nuevas historias cobren más fuerza en mi cabeza. Me siento como si estaría traicionando a esa chispa que nació en mí.

Incluso a momentos dudo de si estaré haciendo lo correcto. Dudó y pienso que tal vez sería mejor pelear por esa idea hasta el final, antes de empezar otra cosa.

Y es justo, en ese momento, después de un bajón de moral considerable, cuando intento rescribirla, cuando intento acariciarla con otro enfoque…

¿Resultado?

No termino nunca de escribir. Escribo, borro, corrijo, escribo, tacho…Y vuelta a empezar. No estoy a gusto con lo que estoy escribiendo. Y si no me gusta a mí…Dudo que pueda gustarle a alguien.

A día de hoy, solo dos ideas han madurado. Ambas han sido empezadas y terminadas en un corto espacio de tiempo.  

Quizá esta sea la clave de mi propio éxito.

Si una de mis ideas no avanza cuando me pongo frente al ordenador, se atasca, y por más que lo intento no consigo que cobre la vida que yo quiero, quizá sea porque no es su tiempo. Ni su lugar, ni su espacio.

Cuando una idea no nace es mejor pasar a otra. Pensar que si tiene que llegar su momento, así será.

Porque siempre, las velas que se apagan son proporcionarles a las nuevas chispas que se encienden.  O en ello mantengo mi esperanza. Solo hay que dejarlas ir, libremente. Como a aquellas personas que más queremos. Para seguir adelante hay que liberarse de todas las ataduras, y con las ideas literarias debemos hacer lo mismo. Para que otras cosas prosperen, debemos dejar de sujetar amarres que no nos llevan a ningún sitio y trazar nuevos caminos. Al menos intentarlo...

Aunque nos pongamos nostálgicos, aunque bufemos como gatitos enfadados, aunque no queramos y nos aferremos a su abrazo y nuestra historia con esas ideas sea un tira y afloja, un ahora te cojo, luego te suelto...Llegará el momento en el que debamos dar un paso hacia adelante y no mirar atrás...

Para mí ha sido duro darme cuenta de que esa idea que yo creía la mega pera no tendrá su lugar por ahora. 

Porque no sé cómo contarla, para qué contarla, para quién...porque no hago más que enredarla y esos giros no me llevan a ningún sitio. Siempre estoy en el mismo punto de partida.

Resultado: Nanowrimo failed. Muchas páginas escritas con las que no estoy contenta.


¿Os ha pasado alguna vez? 

¿Habéis sentido la llama de vuestra vela literaria apagarse? ¿Os habéis sentido bloqueados cuando esa idea no avanza y sentís que debéis dejarla marchar?


Un abrazo a todos, y ¡gracias infinitas por leerme!

6 comentarios :

  1. Hay IDEAS, Ideas e ideas...
    A veces, ideas imposibles son las que funcionan. Y en otras ocasiones, grandes ideas fracasan.
    Daría como para escribir una novela :D Una historia sobre escritores que narran, musas que embelesan y musas borrachas de vino barato que se prostituyen al mejor postor.
    Al final lo que cuenta es lo que te dice el corazón =^.^=
    ¡Feliz regreso! Y muchos besines

    ResponderEliminar
  2. Sí que te entiendo, Beka. Como bien dices hay historias a las que hay que dejar ir, aunque pienso que siempre nos dejan algo, nunca es tiempo perdido del todo y también tenemos derecho a equivocarnos. Un beso y mucha inspiración, Beka, Llega cuando menos se la espera :) Y gracias a ti. Leerte es siempre, siempre un placer.

    ResponderEliminar
  3. Si bien es cierto lo que dices: que nosotros cambiamos y las ideas con nosotros, ¿por qué no mejorar las viejas ideas en lugar de abandonarlas como si ya no sirvieran? Al menos yo lo que hago es… (justamente lo hice hace poco). Con lo que he aprendido, dado que ya he mejorado mi forma de pensar, voy a esa idea que había dejado reposar y la mejoro. Nunca la abandoné, simplemente dejé pasar el tiempo necesario para encontrar lo que quería plasmar.
    Será pues, que mis ideas no son velas, si no pequeñas carpetas que voy archivando, ensanchando, trabajando y cambiando conforme el tiempo pasa hasta que puedo llevarla al archivo de "terminados".
    Por otro lado, está la paciencia. A veces hay que aprender a ser paciente con uno mismo (y cuesta mucho, no es nada fácil); pero aquí el ejemplo de Veronica Murguía, una escritora mexicana que ganó el Premio Gran Angular de España el año pasado y cuya novela "Loba" tardó 10 años de investigación y esfuerzo. Yo leí esa novela y me cautivo, porque fue escrita de una forma que ya pocos practican.
    Pienso que, quizás por la tecnología, estamos entregados a la inmediatez y si no podemos llevar acabo lo que queremos en un instante, nuestras ideas se vuelven efímeras. No estoy segura de quién dice esta frase, pero mi tía la repite: "La paciencia podrá ser amarga, pero sus frutos serán muy dulces".
    Ahora bien, es solo mi opinión personal, si como tu dices "debemos dejar de sujetar amarres que no nos llevan a ningún sitio y trazar nuevos caminos", entonces la pérdida por esa idea no debe ser tan dura y el comienzo debe ser un gusto :D

    Me encanta poder leer tus reflexiones de nuevo, espero que esta nueva parte de tu vida que comienza con nuevas ideas sea mucho mejor que la anterior :)

    Es un placer poder comentarte y saludarte :D

    Iris

    ResponderEliminar
  4. Te comprendo, a mí también me ha pasado, y muchas veces. Ahí está mi libreta de ideas, llena de páginas que espero saber aprovechar algún día. No era su momento, o quizá no era el mío, no lo sé. Pero cuando algo se me atasca, lo primero que me pregunto es "Qué falla en esta idea? Cuál es el obstáculo que la impide avanzar a mi gusto?" No paro hasta que doy con la respuesta y si es una única respuesta, busco la solución. Si los obstáculos son varios, la archivo en la carpeta de ideas y la olvido. A por otra chispa, como tú dices. Lo que procuro sobre todo es no perder el tiempo con algo que se me atasca continuamente, con algo que no me satisface del todo. Hay que ponerse un límite de tiempo o de revisiones cuando uno escribe y no insistir en una idea por mucho que nos guste. Estoy de acuerdo contigo en que la clave es sentirte a gusto con lo que escribes porque eso se transmite de forma invisible en las palabras que leerán tus lectores. Así pues, saca de tu cabeza las ideas e historias que se atascan, pero archívalas en carpetas, fichas o libretas porque es muy probables que necesiten madurar y que dentro de un tiempo (puede que años) te sean muy útiles.
    Un placer tenerte de vuelta!

    ResponderEliminar
  5. Yo lo guardo todo, por si las moscas. Hay ideas que meses después vuelven, como las modas. Muy buena entrada, Beka!!

    ResponderEliminar
  6. A mí también me ha ocurrido, hay cientos de velas apagadas en mi letras perdidas... Pero seguirán ahí guardadas porque nunca se sabe. Sin Licencia era una de ellas, al retomarla la cantidad de errores me hizo llevarme las manos a la cabeza, pero sus personajes volvieron a encender la llama de mi interior por sí solos.

    Y también estoy de acuerdo, en cierto modo, en eso del corto plazo. No es que piense que hay que hacer las cosas rápido, pero lo que he conseguido terminar es porque he focalizado todas mis energías en ello en un momento determinado. Si me distraigo con nuevas historias... Soy yo misma la que le pega un soplido a la vela. Sobre todo a la hora de corregir... Madre mía que mal llevo ponerme a trabajar en eso... ¿Pura vagancia o es que el hecho de ser una obligación le quita diversión al asunto?

    No lo sé. Lo que si es una certeza es que nunca se sabe lo que va a pasar, guarda todos tus retales ^^

    ResponderEliminar

Se agradecen todos los comentarios siempre y cuando estén hechos desde el respeto. Aquellos que no lo estén serán eliminados por el autor. Gracias.