VESTIR A LOS PERSONAJES

¡Queridos lectores de este rinconcito!

Hoy he decidido hablaros de la complicada tarea de vestir a nuestros personajes.

Los escritores que pasean sus ojos lectoriles por este blog me entenderán a la perfección, porque ellos mismos se habrán visto inmersos en la tarea de decorar el exterior de sus personajes tanto principales como secundarios.

Lo más difícil es vestirlos por dentro, en eso estaremos todos de acuerdo. Ese aspecto psicológico que no se ve, que no es tangible, y que debemos mostrar de forma muy nítida en cada una de las acciones en la que se pierden, si queremos conseguir un personaje perfecto y no una marioneta.

Sin embargo soy de las que piensa, que aparte de su físico y de su carácter emocional, podemos jugar mucho con su aspecto exterior. Con su envoltorio. Y que no debemos descuidarlo.

Si pensamos en nuestros personajes como un caramelo que el lector querrá degustar, descubrir y paladear, lo primero que le va a entrar por el ojo será el papel que lo envuelve. Aunque digamos que lo que más nos interesa es lo espiritual, siempre, cuando comenzamos a meternos entre las páginas de una historia, son las descripciones, tanto del ambiente como de los propios personajes, las que nos ayudan a meternos en la piel de la historia. 

Y es justo ahí, en ese papel de colores, en ese envoltorio del personaje, donde podemos dejarnos llevar y jugar. Crear algo distintivo que haga a los protagonistas de nuestras historias ser recordados.

Ya seas de los escritores que preparas con antelación el aspecto de tus personajes en fichas aparte, como si eres de aquellos que lo van escribiendo sobre la marcha, estarás de acuerdo conmigo en que no solo hemos de tener muy claro el perfil psicológico de nuestros personajes, sino también su envoltorio. Debemos pensar en todo. Debemos ver a nuestros personajes como personas reales. Y a no ser en manifestaciones en las que la gente se desnuda por una buena causa, solemos salir a la calle vestidos. 

Lo que primero le entra al lector por los ojos, junto a su físico, cuando les comenzamos a describir como presentación al comienzo de la historia, es lo que llevan puesto. Es una manera de interactuar con el lector y hacer el personaje algo más real.

Lo que llevan puesto los protagonistas cuando se conocen, lo que se quitan en determinados momentos, lo que acaba roto en las escenas de pasión desnfrenada…

Después de todo el tiempo que hace que leí “Deus ex Machina 2.0” de Mara Oliver, a día  de hoy sigo sin olvidar ciertos dibujos frutales en cierta ropa interior.

A mí personalmente me encanta esta tarea en la creación de mis personajes, me lo paso pipa creando sus armarios.

Me gusta coger catálogos de ropa e ir ideando su vestuario, como si fueran los coleccionables de papel que usaba cuando era niña. 

Soy de las que imagino vestuarios aparte para las escenas más importantes, y apunto, en folios de colores o en mis pequeñas libretas, lo que llevarán mis personajes en determinadas ocasiones. Desde la ropa interior, hasta los complementos y el calzado. Es una forma de imprimirles ciertos gustos, cierta personalidad.

Y sí, algunos siempre tienen una pincelada alternativa. Me gusta que no parezcan clones ni esclavos de las modas. Me gusta dotarles de una envoltura diferente, darles un poco de aparente radicalidad en el aspecto que luego no tiene nada que ver con su carácter emocional o su forma de pensar. Me gusta jugar con eso. Además creo que el lector lo recordará fácilmente sin necesidad de pensar mucho. 

Recordará su vestuario, si lleva piercings o no, si tiene tatuajes, si lleva las botas de este u otro color. 

Es mi manera de imprimirles algo mío, cederles un espacio muy importante a mis gustos musicales, televisivos, mi forma de vestir…Eso hace que mis personajes tengan pinceladas muy mías. Y sí, lo reconozco, me es mucho más fácil describirlos y hacerlos más creíbles si la ropa que les adorna es ropa que conozco, o marcas que utilizo.

Aunque para no ser monotemática están las revistas de moda, los catálogos de ropa, blogs dedicado a todas las tendencias textiles y las imágenes que hay al alcance de todos los curiosos en internet, para poder diseñar el envoltorio de nuestros personajes sin necesidad de ser ropa o complementos que llevemos puestos en nuestro día a día, y que el lector no se canse. 

Aquellos que hayan leído mis historias, ya sean relatos presentes en mi antología “Deshojando mis Octubres”, o mi novela corta “Susurros en Sachsenhausen”, podrán encontrarse con calzado de la talla Converse y Dr. Martens. Con pantalones vaqueros rotos o desgastados. Con camisetas de grupos de rock y heavy metal, chupas de cuero, incluso vestidos ajustados, y  zapatos con tacones de vértigo…

También tengo personajes con trajes caros y aspecto de abogados, pero estos son los de menor porcentaje.

Me gustan los encuerados tatuados, qué le voy a hacer… Y sí, algunos también conducen Harleys, como el protagonista de cierto relato subidito de tono…

Creo que la elección del vestuario de nuestros personajes es algo más complejo de lo que gente piensa cuando lee una historia nuestra. Puede que existan escritores que no le den mucha importancia y puede que yo le ceda demasiada. Pero me gusta jugar con su ropa, me gusta elegir lo que van a llevar en determinadas escenas, porque al fin y al cabo, como lectora, aparte de sentimental también soy muy visual, y es una forma de no olvidar. 

Es una forma de hacer a nuestros personajes más reales, y aunque nuestras historias estén basadas y abrazadas por la ficción, no dejan de ser un reflejo distorsionado de nuestra realidad.

Y vosotros ¿Sois de los que planeáis el vestuario de vuestros personajes con antelación y premeditación? 

O ¿preferís no cederle tanta importancia a la ropa y vais escribiendo sobre la marcha? 

¡Contadme!

Y por si os arde la vena curiosa, os dejo el enlace al blog de Susurros en Sachsenhausen.


Allí, en una entrada textil podréis encontrar algunas de las prendas de ropa que lleva Saoirse. La protaginista de mis Susurros en Sachsenhausen.

2 comentarios :

  1. yo soy de la opinión que si la ropa juega un papel, bien. Sino es mejor no darle excesiva atención.
    Me explico: una cosa es crear un personaje —por ejemplo— punk. En ese momento destacarás sus pantalones rotos, su camiseta aguantada con imperdibles, sus botas llenas de barro, su cresta, etc. Pero si es un personaje corriente y moliente, prefiero darle prioridad a otros aspectos más espirituales. Salvo si va a una fiesta y se pone muy guapa :D Pero para decir que se puso una camiseta y unos tejanos... -_-'
    En fin, un abrazote!! =^.^=

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  2. A mí también me gusta saber cómo visten y sé lo que le gusta a cada personaje, aunque no siempre lo describa en la novela, la ropa es parte del "caracter" sin duda ;)
    Genial artículo, amore, y gracias por las fresas ;)
    mil besos!!!

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