¡Queridos lectores!
Como viene siendo costumbre los miércoles, os traigo un nuevo fragmento de mi historia por entregas.
RAVENS.
Espero que os esté gustando, algunos de vosotros me dejáis mensajes por las redes con vuestra opinión, y ese es el mejor regalo para mí. Así que un millón de gracias por darle una oportunidad a esta historia, por comentar y animarme a seguir escribiendo, y por acompañarme cada semana.
Os dejo con un nuevo capítulo, esta vez con Annabel y las sorpresas inesperadas que marcarán un antes y un después.
¡Un abrazo!
5. ANNABEL
Eran las tres de la tarde de un nublado día del mes de julio cuando Annabel cansada de limpiar portales llegaba a casa.
La parada del autobús quedaba tan solo a diez minutos de su casa sin embargo a veces el camino de regreso se la hacía eterno, sobre todo cuando la melancolía conseguía abrazarla fuerte y mermar sus fuerzas. Y ese era uno de esos días.
––¡Tengo que llevar la Harley a revisar! Para eso me saqué el carnet de moto ¿no? —pronunciaron sus labios antes de cruzar la última esquina antes de su calle.
Llevaba días dando vueltas a la idea de llevar la moto de su padre al taller mecánico del pueblo. La producía mucho respeto y sentía cierto vértigo de solo pensar en ese instante en el que se subiría en ella por primera vez, pero una Harley Davidson como aquella no podía servir únicamente para acumular polvo en el garaje. Además sabía que si su padre la viese utilizarla, estaría orgulloso de ella. Siempre la dijo que un día se la regalaría. Y a ella le fascinaba desde pequeña el rugido de su motor y su silueta morada brillante. Agarrarse a las espadas de su padre y que el viento les golpease el rostro mientras iban de ruta.
No importaba el tiempo que pasase, ni que la muerte les hubiera separado demasiado temprano, hay recuerdos que son imperecederos.
Iba perdida en sus pensamientos cuando al cruzar la esquina para llegar a su casa un grito la hizo dar un salto del susto.
––¡Annabel! —gritó una voz que reconocía muy bien pero que hacía mucho tiempo que no escuchaba, excepto a través del teléfono.
En cuanto levantó la vista del suelo vio a su amiga del alma, Elizabeth, corriendo hacia ella. Sus labios pronunciaron la sonrisa más radiante en los últimos tiempos y sus ojos comenzaron a derramar lágrimas a causa de la alegría y de los nervios.
––¡Elizabeth!? No me lo puedo creer. ¿Pero qué haces aquí? —murmuró su voz a pleno grito en el mismo momento en el que se fundió en un abrazo con su amiga.
––¿Aún hay un sitio en tu casa para mí? ¡Te he echado muchísimo de menos! ¡Nunca debí marcharme ni dejarte sola! —le susurró Beth antes de mirarla a los ojos y comerla a besos.
––Yo también te he echado de menos y por supuesto que tengo una habitación para ti.
––¡Oye menuda pinta que tienes! Has adelgazado mucho, aunque sigues estando preciosa —la dijo mientras Annabel se veía incapaz de pronunciar una sola palabra porque no paraba de sonreír.
Abrazadas cogieron la maleta de Beth y entraron en casa.
Corrieron hacia el teléfono y pidieron comida turca. Entre kebaps y unas cuantas cervezas celebraron su reencuentro y se pusieron al día.
––¿Y cómo es que has regresado de Londres, así sin más? ¿Qué ha pasado con Nate? - preguntó Annabel.
––¡Todo ha sido culpa de Mark! Sé que fue él quien me enseñó todo lo relacionado con los piercings y los tattoos, quien me animó a hacer el cursillo, quien me dio la oportunidad de trabajar en su estudio en lo que me gusta, pero me cansé de que solo me dejase tatuar lo que él no quería hacer. No me dejaba experimentar. Me quejé…y aquí estoy amiga -dijo Beth.
––¿Ya pero que tiene que ver eso con Nate? —preguntó Anna intrigada.
––¡Nunca le hables mal a un tío de su mejor amigo! Nunca te elegirá a ti. Al menos no en mi caso —dijo con lágrimas en los ojos Beth.
––¡Pues que les den a esos dos ingleses! No saben la joya que se pierden —le dijo a su amiga mientras la abrazaba.
––Así que aquí me tienes amiga. Con una máquina de tatuar, una maleta llena de ropa y con todo el dinero que tenía en la cuenta corriente, menos mal que me dio por ahorrar. Así que mañana mismo me voy al banco a arreglar papeles y me pongo a buscar trabajo —dijo Elizabeth con una sonrisa en la boca.
––Tú por el dinero no te preocupes, ni por el trabajo tampoco. Ya veremos qué hacemos. Y donde come una comen dos. Vamos a preparar tu habitación —sentenció Annabel.
––¡Mi habitación puede esperar amiga! cuéntame tú… ¿qué tal todo? ¿Algún chico a la vista? ¿Algún proyecto literario? —preguntó.
––Ni una cosa ni la otra. Cuando no trabajo estoy con mi abuelo y con mi tía ayudándoles en la huerta ecológica. Los domingos me voy todo el día al mausoleo familiar, y allí estoy leyendo o escribiendo alguna cosa suelta. He pensado crearme un blog para colgar en él mis relatos, pero no acabo de animarme. Y respecto a los chicos nada de nada. Hace tanto que no salgo de bares…ni voy de conciertos…que ya ni me acuerdo —dijo Annabel con pesar tras sus pupilas.
––¡Pues eso va a cambiar conmigo aquí, amiga! Ambas vamos a cambiar el rumbo de nuestras vidas que ya es hora. Por lo pronto mañana mismo por la tarde te vas a crear un blog y vas a buscar concursos literarios o algo. Y yo buscaré alguna clase de dibujo o algo para seguir practicando mientras encuentro algo.
Ese día todo comenzó a cambiar para Annabel.
Se acostó con una sonrisa en la boca y escuchando la respiración de su mejor amiga que dormía como un bebé después de tantas cervezas.
+Gracias a Ana Nieto Morillo, por sus correcciones en anteriores capítulos a medida que va leyendo! ;-)
Para despistados:
Fragmento 1:
http://rebekaoctoberwriter.blogspot.com.es/2016/02/ravens-comienza-mi-historia-por-entregas.html
Fragmento 2:
http://rebekaoctoberwriter.blogspot.com.es/2016/02/fragmento-2-de-ravens.html
Fragmento 3:
http://rebekaoctoberwriter.blogspot.com.es/2016/02/fragmento-3-de-ravens.html
Fragmento 4:
http://rebekaoctoberwriter.blogspot.com.es/2016/02/fragmento-4-de-ravens.html
¡Oh! Este nuevo personaje, Elizabeth, ha entrado con fuerza y ya muestra un carácter que va a hacer que la aprecie mucho. La amiga que nunca tuve y que todos necesitamos en nuestras vidas para apoyarnos y darnos el empujoncito que nos falta para tomar decisiones importantes.
ResponderEliminarUna vez más me ha encantado leerlo y deseo leer mucho más. Gracias Rebeka ;)
Sé de unos cuántos que morirían por tener una tatuadora en su casa jejeje. Me ha gustado mucho este nuevo personaje, es una nota activa a la vida de Anabel, le vendrá bien seguro ;)
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