LO QUE LOS DEMÁS PIENSAN QUE HACES CUANDO ESCRIBES

¡Queridos lectores!

¿Qué pensáis que hacen los escritores cuando escriben?

¿A qué pensáis que dedicamos nuestro tiempo aquellos que decidimos juntar las letras que se agolpan en nuestra cabeza?

Me consta que hay personas a mi alrededor que creen que con sentarse frente al ordenador y aporrear teclas es suficiente. Quizá por eso algunos de ellos también piensan en la inutilidad o simplicidad de lo que hago en mi tiempo libre.

Sé que piensan: Esta es una frikie a la que le gusta perder el tiempo, una vaga que nunca hace nada, que no gana dinero...

¡Quizá después de este artículo os cambie el concepto!

Escribir la historia que te martillea en la cabeza no es solo sentarse en la silla, frente al ordenador ,y dejarse llevar.

Para que eso ocurra tienen que darse unas cuantas condiciones, si quieres escribir algo bonito, claro.

Primero has de trabajar una documentación previa que te puede llevar meses, e incluso años 
dependiendo del tipo de novela que quieras escribir. Leer sobre la época a tratar, tragarte documentales, investigar muy bien los sucesos reales, encontrar fotografías, elaborar fichas de personajes con sus descripciones, sus decálogos, su evolución física y psicológica durante la narración. 

Por no hablar de los resúmenes de la trama al completo, elegir la voz narradora de forma correcta porque como no lo hagas puedes querer cambiarla a mitad de proceso (no sabéis cómo jode tener que hacerlo a mitad de la historia, yo sí que lo sé, y jode muchísimo), crear guiones por capítulos o esbozos de escenas más importantes (aquí todo depende del escritor). 

Diálogos que nacen mucho antes de que tengas claro el conflicto que moverá tu historia. Mapas conceptuales de giros inesperados, cliffhangers y todas aquellas sorpresas que quieras regalarle al lector, esos momentos de tensión imprescindibles en toda obra para que el lector no se aburra y no abandone la lectura. 

Si vierais la cantidad de folios escritos que hay en mi carpeta de ideas...y mis preciosas libretas garabateadas con tantas locuras...

Después has de tener suerte, porque por mucho que hayas trabajado, si las musas no aparecen…puedes pasarte horas escribiendo y borrando el mismo párrafo hasta dar con uno que realmente te convenza.

Porque lectores, dejadme deciros que el primer párrafo es el que más cuesta. Y continuar después de él sin borrar todo lo que vaya aconteciendo es una tarea mucho más complicada.

Porque a veces los personajes se desmadran y tienes que volver a reescribir el guión que te habías impuesto por eso de que no hay que meter la pata, pero mola. Hay que tener mucho cuidado con los nombres, sobre todo de los secundarios, porque al final uno se despista con tanto personaje que ha creado a lo largo de su vida, que confunde las manzanas con las peras y los Liam con los Barry, y sé de lo que hablo de verdad…que no me lo estoy inventando. 

Muchas personas se deben pensar que escribir una novela es súper fácil porque oye hasta quien no ha escrito una frase en toda su vida sin faltas de ortografía tiene un libro en el mercado, y con Planeta nada menos. Todo por salir en televisión…

Pero no, amiguitos, escribir no es tan fácil. No es sentarse y ponerse a teclear como locos. No siempre encuentras la voz adecuada, no siempre te sientes con fuerzas o inspirado, y aunque sí, es bueno que las musas te pillen trabajando, pero hay días en que lo único que tienes claro son los puntos.

Puntos aparte. Puntos finales y suspensivos.

Incluso hay veces que lo que más hacemos es eso. Escribir puntos suspensivos. Porque las letras se esconden, los suspiros nacen entre agobios y el blanco del archivo nos taladra el cerebro.

No hay peor enemigo para un escritor que el fondo blanco del ordenador roto solamente por esa barrita delgadita vertical que parpadea y parpadea.

Pero no todo son musas y trabajo bien hecho. También escribimos mucha paja que después desechamos, y también perdemos el tiempo. Pero cuando el tiempo se pierde haciendo algo que realmente te apasiona, tampoco es tiempo perdido ¿no?

Porque a veces el vuelo de una mosca nos distrae, y las redes sociales, y los videos súper monos de gatitos preciosos…

Y luego está ese momento en el que paras un poco para tomarte un café, un té o comerte un Ferrero Rocher. O ese otro en el que algo de la trama te recuerda a una canción y comienzas a tararearla, o la buscas en Google para saber el significado de lo que quiere decir exactamente. O mientras escribes…dudas sobre la palabra en noruego que has escrito y regresas a esa web que tenías guardada en los favoritos del móvil y claro te das cuenta de que te han escrito en tu pajarito, en tu instagram o en tu Face, y claro… O buscas desesperada entre el montón de tus apuntes en tus folios de colores, y pasas el mismo folio diez veces porque no encuentras las runas que buscas… 

Y entonces el tiempo de escritura se detiene y pierdes el tiempo en un universo paralelo dentro de tu universo ya paralelo de por sí, hasta que te acuerdas de lo que estabas haciendo.

—¡Ah, sí! Que estaba escribiendo…ya decía yo que…

Y si a todo ello le sumas el tener aficiones nuevas o practicar deporte fuera de casa, entonces ya lo de escribir de verdad, es un auténtico caos.

Porque necesitas que cuando tengas un rato para ponerte a escribir, lo que inventes ha de ser de calidad y eso no siempre sucede. Y cuando no lo hace: te vienes abajo, te marchitas y comienzas a dudar de todo…

Es cuando los escritores aficionados nos ponemos en plan dramático y nos preguntamos: ¿Qué estoy haciendo con mi vida?

Sí, sí, tirándonos de los pelos y todo.

Porque escribir no es tan fácil, ni tan idílico, como parece.

Porque la vida es así, sea cual sea tu hobbie, nada de lo que de verdad importa es sencillo.

Aunque he de admitir que quizá por eso nos guste tanto lo complicado. La afición del ser humano por las causas perdidas. 

Porque sí, los que juntamos letras somos unos locos soñadores que nos pasamos el día en las nubes pero de vez en cuando también tenemos los pies en el suelo, de verdad, y trabajamos muy duro para que las historias que nacen dentro de nuestra cabeza a modo de imágenes en blanco y negro y a color puedan cobrar vida de alguna forma. 

Porque solo así nos sentimos completos…

Y es complicado…

¡Contadme!

¿Qué pensáis que hacen los escritores cuando escriben? ¡Siento mucha curiosidad!

¡Un abrazo!

1 comentario :

  1. El proceso de escritura siempre lo han comparado con un parto difícil y creo que en la mayoría de los casos es cierto. La novela, relato, poema... lo que ve el lector es solo la punta del iceberg de todo el trabajo que su autor ha realizado.
    El proceso creativo es un tema que me fascina y abruma a partes iguales, el de cada escritor es diferente o contrario al tuyo, pero en parte, es ahí donde reside la magia.

    La gente que ve esto como algo sencillo o carente de valor son grises. Si son incapaces de comprender lo que conlleva...

    ¡Un abrazo enorme y a seguir dándole a la tecla!

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