Si es un artículo
de opinión, una reseña de un libro que me ha gustado o un relato sobre mis
sentimientos (algo a lo que estaba muy acostumbrada hace tiempo, porque fue
justo así: hablando de mis sentimientos, como comencé a escribir, tanto en
verso como en prosa), no suelo prepararme nada. Creo el título para que me de
una idea de lo que quiero, sigo unas pautas mentales, una estructura que a veces varía pero siempre dejándome llevar
por el flow (ese término que surgió ayer en una conversación via WhatsApp con mi Carmen :-)), por ese arte desconocido en el que tú piensas y tus manos escriben
lo que el corazón quiere, sin ataduras, sin cadenas.
Si es un relato
más largo, ya sea realista o de ficción o una mezcla de ambos, ahí ya sí
que me entretengo en un trabajo previo a escribir. No me conformo solo con el
título, sino que además hago una especie de resumen sobre lo que sucederá.
Aunque a veces ese pequeño resumen no tenga nada que ver con lo que la obra
termina siendo, ya que las musas hacen lo que quieren con mi cabeza y suelo
acabar yéndome por otros derroteros…
Si no solo es un relato corto, sino que además
aspiro a que sea una novela pequeña
o novela sin más, mis “proyectos” como a mí me
gusta llamarlos, ahí ya no me sirve ni con el título, ni con una idea principal.
El trabajo previo a la escritura puede llevarme semanas e incluso meses, porque
siempre aparece alguna idea nueva que apuntar.
¿Y cómo me enfrento a este trabajo?
Las ansias de crear ese proyecto suelen nacer con una idea, y partiendo de esa idea voy creando el universo completo. Empiezo apuntando la idea general de todo el proyecto, después pienso un título provisional, algunas veces me viene del tirón, otras… tiro de recursos y me aprovecho de la inteligencia de Maite Belda, y la avasallo con opciones. Después llegan los personajes y con ellos los folios de colores. Si, todas mis ideas que guardo en una carpeta negra, están pinceladas en folios de colores. Una manía que tengo, que le voy a hacer.
Las ansias de crear ese proyecto suelen nacer con una idea, y partiendo de esa idea voy creando el universo completo. Empiezo apuntando la idea general de todo el proyecto, después pienso un título provisional, algunas veces me viene del tirón, otras… tiro de recursos y me aprovecho de la inteligencia de Maite Belda, y la avasallo con opciones. Después llegan los personajes y con ellos los folios de colores. Si, todas mis ideas que guardo en una carpeta negra, están pinceladas en folios de colores. Una manía que tengo, que le voy a hacer.
En esos folios pongo el nombre de mis personajes,
después de haber buscado por internet durante horas. Porque si la novela
transcurre en Cantabria busco nombres cántabros cuyo significado sea el que
quiero para la esencia de mi personaje, si transcurre en Escocia: nombres
escocéses, si es en Holanda…pues ya sabéis lo que toca…
En esos folios de colores hago un Identikit sobre mis personajes
(tanto principales como secundarios):
-Nombre, Edad. Nombre de sus padres, hermanos y
demás familia. Rasgos físicos (algún día os comentaré cómo me documento para su físico), psicológicos. Aspiraciones, temores. A qué se
dedica. ¿Cuál es su meta? Cómo visten (aquí también puedo tirarme horas
buscando, camisetas, botas: New Rock, Dr Martens…)
Después, en otro folio, hago una lista de escenarios en los que van a moverse
como pez en el agua.
Y ahí ya decido si quiero que sean escenarios conocidos, o
inventados, o un poco de ambos (me encanta jugar con esto). Y aquí es donde
rebusco en el ordenador las fotos de todos los viajes que he hecho, y me dejó
guiar por lo que siente el corazón. Por los recuerdos de momentos vividos que
permanecen grabados a fuego.
Y cuando tengo claro dónde van a verse por primera
vez, dónde van a discutir, a pensar en sus sueños, a besarse o a mirarse con
odio, entonces guardo esas fotografías copiándolas en otra carpeta con el
nombre del “proyecto”, la guardo en un pendrive, y a mi portátil. Porque si,
queridos amigos, me documento en el ordenador de mesa, e incluso en el móvil,
pero mi portátil no tiene acceso a la red. Mi portátil solo vale para escribir
y almacenar sueños.
Después es cuando decido si conozco bien el ambiente en el que me voy a mover, o
debo documentarme mucho. Si conozco los lugares como la palma de mi mano o he
de comprarme una guía de Escocia, de Londres, de Ámsterdam, de Suecia…
En algunos lugares ya he estado, en otros estaré
algún día, por ello me anticipo y voy señalizando con un montón de post-it los rincones
que me parecen mágicos. Haya estado o no, compro las guía igualmente porque me
encanta planificarles la vida a mis personajes y a veces la mente juega malas
pasadas, y una fotografía de recuerdo no es suficiente para transportarme hasta
el lugar escogido. Luego está la opción google
maps (que conocí por mi Carmen María Cañamero,
autora de “Orquidea Blanca” y “Entre Cuentos de Hadas”) y que utilizo para
sentirme más “in situ” que nunca.
Y entonces, busco lugares mágicos, cafeterías,
tiendas, excursiones, y ahí van post-it y más post-it: Rosas fucsia, amarillos, naranjas,
con silueta cuadrada o con forma de bocadillo de diálogo, lo que sea…Y sueño,
porque me encanta viajar, y a la vez que planifico mi universo paralelo, viajo
y sueño…
Cuando ya tengo ese trabajo hecho, vuelvo a
centrarme en la idea principal que dio cuerda a todo dentro de mi cabeza.
-Si habla sobre tatuajes, vuelvo loca a mi
tatuadora, Ana, para que me cuente cosas sobre la materia…y haber estado con
ella en la Convención Internacional del Tattoo en Londres ayuda muchísimo (y sí
de eso también tengo fotografías).
-Que va sobre Vikingos: pues me compro libros sobre
el tema (aquí he tenido incluso la ayuda de mi Pattrice Moreno <3), buscó páginas
en internet que me puedan ayudar, copio y pego en Word, imprimo, leo, subrayo y
¡a la carpeta negra!
-Que estoy en un Campo de Concentración en Alemania,
visitándolo, y me entra esa angustia en el pecho y siento mi corazón en la
garganta, pues…de camino al autocar, paro en la tienda- museo del Campo y me compro
un libro en español que hable sobre las infraestructuras y lo que allí sucedió.
Porque no me sirve solo con fotografías, porque sé que voy a tener que hablar
del tema para seguir respirando y no morir en el intento tras mil crisis de
ansiedad, y que voy a necesitarlo. Sí, en Amazon venden muchos libros, pero
como los que se venden allí no…Entonces miro a mi heavy, pongo morritos, y le
digo: Por mi yo literario...por fiii! A lo que él dice: Venga, vamos a comprarlo…
Seamos sinceros, la primera temporada de VIKINGOS en
el Mediamarkt, fue un poco así también…Me faltan unos eurillos, mira que pila
de cosas interesantes vienen de extras, por fii…Alá, a pasar por caja con mi
joyita en Blu-Ray… xD
¿Y después de esto ya has terminado?
No, queridos amigos.
Después de esto elijo la banda sonora de la novela.
Canciones acordes que me recuerden mi meta: terminar el proyecto. En el caso de
“Susurros en Sachsenhausen” fueron tres
canciones, pero la principal y que me ayudó a crear durante toda la narración:
fue la primera canción de la banda sonora de la Lista de Schindler.
Después elaboro un guión. Con su epilogo
(si lo tiene), sus capítulos, si estos capítulos van a tener nombre o no, si la
novela se divide en distintas partes o no…y después de tenerlo esquematizado,
al lado de cada capítulo hago un pequeño resumen de lo que sucederá, a muy
grandes rasgos, porque por mucho que intente seguirlo para no desviarme, al
final los personajes acaban dándome la patada en el culo y se ponen a hacer lo
que quieren. Y es la parte que más me gusta, esa parte en la que ellos me van
llevando por el camino correcto, su camino. Es la parte más satisfactoria de escribir.
Y después llega el turno de las escenas que quiero señalar como
importantes, esas que nacen solas dentro de mi cabeza…
Esas las apunto en una libreta aparte, no en folios
de colores. Y para cada uno de mis “proyectos” tengo una libreta distinta. Moleskine
negra, libretas de Ediciones Babylon con chicas cuyo rostro está maquillado
como las “Sugar Skull”(calaveras).
Porque me volvía loca cada vez que tenía que
buscar algo cuando lo tenía todo en la misma libreta, porque leí a Hollie A. Deschanel, autora de “Frozen”, que ella lo
hacía así y me pareció una genial idea, y porque…ahí va otro secreto…¡soy
adicta a las libretas! y si todas están pinceladas…mi heavy no se enfada ni
protesta por mi lado consumista…Así que si me queréis regalar algo...Libretassss!!Cuanto más heavys mejor! xD
¿Y ya te pones a escribir?
Si. Cuando tengo el título, la banda sonora, las
ideas marcadas, los personajes y sus personalidades, los escenarios, las
escenas principales, el guión de capítulos y la libreta específica bien cerquita, entonces
ya me hago una taza de te verde, enciendo el portátil y me dejo llevar…
¿Y vosotros? Aquellos que escribís y que me leéis…
¿Cómo os enfrentáis a los grandes proyectos?
¿Trabajáis la documentación previa, o dejáis fluir el flow sin cadenas, sin esquemas, sin nada...?
Mapa o brújula... yo soy de brújula, tengo solo una pequeña lista escrita con tres o cuatro palabras sobre el contenido de los capítulos, todo lo demás crece en mi cabeza... Aunque sí que buscó también todas esas cosas antes de comenzar y sobre la marcha, música, escenarios, momentos... En cualquier caso lo importante es disfrutar con el proceso. Besos!!!
ResponderEliminarUn proceso muy parecido al mío, recopilando datos, creando personajes, buscando escenarios, ambientación... Creando el "mapa", como dice Marisa. Luego me lo salto varias veces, pero el proceso previo, que es lo que aquí preguntas, es intenso y largo. Unos 2-3 meses, normalmente. También tengo una libreta para cada proyecto, ahí mezclo todas las ideas y luego las organizo en el ordenador por carpetas (personajes, escenarios...) Soy incapaz de empezar a escribir si no lo tengo todo mínimamente controlado. Lo del flow solo me lo permito cuando ya he avanzado lo suficiente en la escritura de la novela y todo está interiorizado o cuando me bloqueo. Entonces sí me permito dejarme llevar por la intuición.
ResponderEliminarY con los relatos cortos, igual.
Estupendo artículo!
Un abrazo, guapa
Yo soy de dejar fluir el flow y luego revisarlo, eso para los relatos largos. Si es una reseña, muestro todo mi swag... Vale no xD
ResponderEliminarEn serio, nunca intento que mis palabras salgan forzadas, dejo fluir y plasmo lo que me sale, a no ser que ya tenga que contrastar datos, buscar más información...
Muy bueno tu post y tu método, me alegra saber que hay gente que se documenta y trabaja tanto en sus trabajos literarios.
ResponderEliminarPor mi parte, depende de lo que esté trabajando. En los relatos suelo dejar que todo fluya a partir de una idea y luego corrijo, modificio, corrijo... En cuanto a las novelas, suelo trabajar bastante una especie de resumen antes que exista el algo que resumir, pero también cambio cosas por el camino y suelo dejarlo abierto para sorprenderme y no caer en la monotonía, entre otras cosillas.
Un saludo y buen post.
Me apunto tu método de la guía de viajes, porque siempre están repletas de detalles muy importantes cuando se quiere recrear bien una ciudad (por ejemplo: un restaurante típico o la calle adoquinada del centro...) y nunca lo había pensado.
ResponderEliminarCuánto aprendo en este blog jejeje
Gracias por mencionarme, preciosa. Siempre eres muy detallista y eso también se nota en tus escritos.
MUAAAAAKKKSSS
Nos parecemos muchísimo, Beka, solo que yo hago todo eso al tiempo que escribo, es como pararse a oler las flores del camino ;)
ResponderEliminarUn superabrazo para todos!!!
Yo cada vez soy más de planificarlo todo. He llegado a un punto en el cual si no tengo un planning, ando loco...
ResponderEliminarAsí que apoyo los plannings, las listas, los resúmenes,... :-))
Besos y feliz finde!!
Gracias a todos por vuestros comentarios, y acompañarme una semana más ;-) Me encanta ver que somos muy parecidos, y algunos incluso compartimos método. Carmen, verás que lo de las guías de viaje son una buena idea, te ayudan a darle un toque fresco ;-)
ResponderEliminarY aquellos que escribís sin ningún trabajo previo, olé, olé y olé, porque para mí sería super díficil en una novela. Solo en los pequeños proyectos me dejo guiar sin haber enlazado nada.
Un abrazo a todos y gracias nuevamente por llenar este rincón de actividad!! xD
Yo prefiero dejar fluir el flor. Jajajaja. Aunque haya veces que no fluye, se obstruye.
ResponderEliminar;)
Besotes