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miércoles, 7 de enero de 2015

A LA ESPERA DE UN SUEÑO...

Cuando tienes un sueño que de cumplirlo te haría sentir en el cielo, la espera hasta verlo realizado te hace derrumbarte mil veces. Te elevas, te caes, te levantas y te vuelves a caer. O al menos eso es lo que me está ocurriendo a mí.

¿Habéis tenido esa sensación de dudas ante vuestro sueño?


¿Habéis sufrido esa desesperante angustia por miedo al fracaso?

Cuando el tiempo debería acontecer más deprisa, parece detenerse y quedarse atascado. No estoy descubriendo el mundo, es algo que todos sabemos.

Y digo parece, porque el tiempo es una invariable que siempre va al mismo ritmo. Al tiempo le importa una mierda si estamos nerviosos, si nuestro corazón late acelerado y totalmente desbocado, o si nuestra respiración se agita mientras nos deshacemos en escalofríos de sudor. No importa si nos dejamos las uñas de tanto rumiar dudas, de tanto ansiar que la espera finalice. El tiempo tiene su propio tic-tac.

Seguro que os ha pasado alguna vez, creo que a todo ser humano le habrá sucedido, que cuando queremos que el tiempo vaya deprisa se para, y que cuando deseamos que se detenga y nos de unos minutos más para saborear algo que nos tiene hechizados, se esfuma a la velocidad de la luz. Sí, sí, a la misma velocidad a la que corre Barry Allen, The Flash, cuando se pone el traje rojo. 

Mantenerse a la espera de algo es desquiciante. Y aún más, cuando llevamos esperando ese momento durante gran parte de nuestra vida.

Como bien sabéis los que leéis este rincón con asiduidad, llevo meses a la espera de un sueño. 

Primero pasé por la fase de dejar lo escrito en un cajón para que reposara. Después por la de enseñárselo a mis lectores cero, en este caso lectoras: Maite y Ana Nieto, y un lector: mi heavy, mi compañero de viaje. 
Luego por la de esperar tras entregar el manuscrito a mi correctora: Isabel del Río. Después de su lectura y corrección, pasé por la fase de registro. Cómo costó esta última. La señora que se encargaba de los registros no había ido a trabajar por motivos personales, y me encontré de vuelta en casa con mi manuscrito en la mano, una buena dosis de mala leche y muchos nervios contenidos. Después tras conseguir mi resguardo del registro ya pude sonreír y dar saltitos de alegría como una quinceañera a mis casi 30, pero instarme a hacerme el harakiri si alguna vez pierdo esa ingenuidad… 

Pero no creáis que la aventura cesó ahí.

Ahora estoy en la etapa de espera a que llegue la carta definitiva desde el registro central, y claro…¡menuda época, Rebeca! En plenas fiestas navideñas, con la de autores que registran sus obras…Solo se te ocurre a ti…

Y claro, a aniquilar los nervios creando el blog exclusivo, la portada para el ebook, las fotos promocionales, la cuenta de Amazon, rellenar formularios, y el maldito tic-tac del reloj con forma de calavera que hay colgado en la pared morada del salón que no parece moverse. (Ni se moverá, no tiene pilas, muchacha. ¡Lo tienes de decoración!)

Aniquilar nervios preparándolo todo para que el tiempo no acontezca a la velocidad que uno quiere, y que la carta aun no llegue por más que miras el buzón una y otra vez, y la angustia aumente.

Y cuando Rebeca se angustia…

Llegan las dudas, los miedos, aparecen las olas que amenazan con destruir sus castillos de arena…Y todos sabemos que por el norte las olas son muy grandes y llevan mucha resaca en invierno…

¿Qué le parecerá al lector? ¿Le gustará? ¿Conectará con la historia? ¿Entenderá lo que quise mostrar?

Infinitas preguntas que taladran mi cerebro, interrogantes para los que no tengo respuesta que hacen que mis cimientos se tambaleen, y suspire sin apenas fuerzas.

Y entre suspiro y suspiro, reflexiono.

Leo los blogs que tengo guardados como favoritos en mi navegador, y sus autores me recuerdan que lo importante de un texto es que esté escrito con el corazón, que contenga verdad, que no sea una farsa (gracias Jaume, administrador de Excentrya, por el empujón), y así tendrá más posibilidades de llegar al lector.

Y entonces vuelvo a reflexionar, y algunos miedos se esfuman porque mi historia, ese sueño que deseo ver cumplido más pronto que tarde, mis Susurros en, no solo están escritos con el corazón. Sino que además llevan una gran parte de mi alma y mucha verdad. Quizá con otros nombres, con mucha ficción entre sus letras, pero creedme, hay tanta verdad, tantas emociones muy mías…que tan solo deseo que lleguen a vosotros, que se os cuelen en la piel y que os hagan pensar.

Y mientras espero, soy todo dudas, nervios, angustia…vamos que desespero…

Y seguro que la gran mayoría de los que estáis leyendo estas letras me entendéis a la perfección, porque me consta que muchos ya habéis publicado vuestros textos con editorial o en Amazon, y habréis pasado por este proceso.

Por eso, después de esta parrafada que os habrá resultado, en algunos momentos, sin sentido y un puzzle total de desvaríos, os pregunto.

¿Os habéis sentido igual? ¿Qué habéis hecho para matar a esos nervios desquiciantes que paralizan la sangre? ¿Cómo fue vuestra experiencia? ¿Vuestro proceso: antes de…?

A la espera de ver cumplido un sueño, y tanta espera me está volviendo totalmente crazy, y eso que ya vengo loca de nacimiento…

Un abrazo y gracias por leer un día más…

7 comentarios:

  1. Beka, ya tienes tu resguardo y aunque no recibas la carta: Tu libro está registrado.
    Si estás pensando en enviarlo a editoriales puedes hacerlo ya. Con que les escanees tu solicitud es suficiente.
    Respecto a los miedos... te diré que no se pasan, que todas las incertidumbres son tuyas y solo tuyas y sobre todo que si tus lectores cero te han dado el visto bueno y son gente en la que puedas confiar... ¡Lánzate! De verdad que no pasa nada. Todos tenemos que equivocarnos para aprender y hacerlo después mucho mejor.
    Trázate un plan de acción y ¡adelante! Que la vida es corta como para pasarla esperando y esperando...
    Un abrazo.

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  2. Hola locuela!!
    Tírate a la piscina y empieza con la promo.
    No tengas miedo, seguro que encantará. Algunos detractores te saldrán, pero si no fuera así el mundo no sería mundo, porque para gustos está la variedad y no todos conectarán con tus letras.
    Yo lo releeré con mucho entusiasmo, ya lo sabes.
    En cuanto a nervios, a mí nunca se me pasan, el único remedio que he encontrado es mantenerme ocupada haciendo otras cosas, sino me volvería loca (pregunta a Francesc, seguro que te dirá que soy una histética XDDD).
    En cuanto al tiempo, yo siempre he creído que no es algo fijo, sino que depende del que mira, es decir, que si sientes que va más lento, en realidad va más apocapoquito para ti. Así que respira profundo, ponte con otros proyectos, y adelante!!!!!

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  3. Digo lo que Cris, Beka, los nervios no se pasan hasta que te lanzas. Luego continúan igual, de otra manera, pero contra la indecisión lo mejor es cerrar los ojos y saltar. Lo has hecho bien, lo mejor que has podido. Ahora hay que seguir adelante. Cuando se escribe con el corazón no se puede fallar <3 Y para lo que necesites sabes que aquí estamos :D Un beso enorme!!!

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  4. No te lo pienses tanto, lánzate a la piscina y empieza con todo. No te dejes vencer por las dudas, que te asaltarán (y a cada paso, además, es normal), ni las mires, tú a la tuya. No te esperes a la cartita dichosa, a mí me tardó 2 años en llegar. Así que ya sabes, pasa de las burocrácias, tu obra ya está registrada así que ya puedes trabajar con ella.
    ¡¿A qué esperas?!
    Muchas gracias a ti, por leerme y acordarte de mí.
    Un abrazaco!

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  5. Todos nos sentimos así alguna vez, puede que no por las mismas razones, pero ese sentimiento hacia la espera de lo deseado... Pero tienes razón en que las fechas están afectando, los trámites burocráticos pueden ser eternos en meses completamente laborables, en un mes como diciembre o enero... Bufff no quiero ni pensarlo.

    De todas formas, si has solicitado el registro, el mismo número de solicitud ya es suficiente garantía de propiedad de derechos, aunque, por supuesto, es mucho mejor esperar por el final antes de publicar tu novela.

    Yo también me pongo de los nervios antes de la salida de la obra, esa inseguridad sobre si gustará, sino gustará, si conseguirás vender un solo ejemplar... Son solo temores, no dejes que ellos te impidan disfrutar del proceso. ¡Ahora es tu momento!

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  6. Esto es como el rascar: todo es empezar.
    Así que muchos ánimos con tu nueva aventura y ya sabes que aquí tienes un amigo para lo que haga falta.
    ¡Bon voyage!
    Besines y ronroneos!

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  7. Leerte me arranca una sonrisa, Rebeka. Me alegro tanto por ti...

    Todo triunfo requiere un esfuerzo. Y tú te lo estás currando.

    Como dice Víktor: Bon voyace y muchísima suerte.

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