Las semanas anteriores traía a este rincón a dos
diseñadoras y devoradoras de libros, a las que entrevistaba sobre su yo
diseñador de wallpapers, de webs y blogs, y en este post he querido continuar con algo muy importante
para el diseño, la imagen.
Pero la imagen no solo es importante para el diseño,
o para la web o blog de un escritor, sino también para su proceso creativo.
Hoy quiero hablaros del arte de la fotografía como acompañamiento para el trabajo del escritor.
Creo que todos los escritores somos personas muy
visuales, ya lo he comentado en más de una ocasión en este blog, y es que al
fin y al cabo lo que tratamos con nuestra escritura es de hacer revivir al
lector, en pequeñas imágenes, lo que queremos contarle.
Queremos que sienta nuestras palabras, que las viva
como suyas, y para ello nos hacemos eco de imágenes que queden grabadas en el
fondo de su cerebro. A la hora de describir el entorno, de hacer la atmósfera
que envuelve nuestra historia algo más visual, detallamos con mucha precisión
creando instantes que deseamos mágicos. A veces lo conseguimos, otras veces no.
La fotografía es algo muy importante para muchos
escritores, al menos para mí lo es, y creo que dada la cantidad de autores y
autoras que incluso tienen un apartado en Pinterest para los posibles
personajes o incluso de escenas o momentos determinados de cada una de sus
historias, no soy la única para la que lo es.
En mi caso hay dos tipos de fotografía.
-La fotografía como fuente de inspiración.
-La fotografía como herramienta de trabajo.
¿Y en qué se diferencian si así a primera vista
parecen lo mismo?
Por todos los lectores de mis artículos es sabido
que en mi caso incluso una imagen puede dar cuerda a toda una idea. Ya sea una
fotografía que encuentras navegando por el gran mundo que hay en la red, ya sea
un fotograma dentro de una sucesión de imágenes de una serie de televisión o
película, de un videoclip musical…o imágenes de paisajes u objetos que nuestras
manos, más o menos expertas, han capturado alguna vez.
En mi retina queda ese segundo grabado para siempre
y puede llegar a alimentar a una necesidad, a una historia que hasta ese
preciso instante estaba dormida y resguardada en lo más hondo de mí, y que tras
visualizar cierto contenido, ¡zas!
En un solo segundo, esa idea que yo creía que no
tenía, pero que estaba claro que dormía en algún lugar, sale a la palestra,
brota de mis venas para ser llevada al papel en forma de guión, de pequeño
esbozo, de la chispa que necesitaba para que el fuego se encendiese.
Esa es la fotografía que yo describo como fuente de
inspiración. Sin ella las palabras no nacerían. Ya sea un paisaje de
acantilados escarpados, ya sean las olas de un mar revuelto, los surfistas de
una playa cántabra esperando su momento para volar, una mirada, un beso, una
caricia, una mano dibujando un corazón, un rayo de sol…
Y no importa si no tienes ni idea de fotografía,
basta la cámara de un móvil para robar una milésima de segundo al tiempo, para
convertir un momento en imperecedero y eterno, porque lo que cuenta es ese
momento, no el tono, ni la saturación, ni las sombras… Lo que importa es lo que
se captura, y la instantánea inmortalidad que le regalamos con ello.
Esa es la fotografía que hace crecer un sentimiento
que acaba siendo expresado en el papel. Incluso soy de las que he elegido
numerosas fotografías de mis viajes, y he creado pequeños relatos a partir de
ellas. Es algo que me gusta hacer porque creo que en ese momento en el que
queremos transmitir lo que nuestros ojos ven, cuando nos forzamos a sentir, a
querer expresar, nuestro subconsciente se desata y se libera, pronunciando lo
que le da la gana.
Son las fotografías que hacen nacer a la poesía.
Esa es la fotografía que no perderás de vista para
que las musas te sigan susurrando cosas al oído. Al igual que Hugin y Munin, los dos cuervos del dios nórdico, le ponían a Odín al
corriente de todo lo sucedido, así esperas que esas imágenes que te han hecho
sentir tanto, que te han puesto los pelos de punta e incluso te han sobrecogido
con sus escalofríos, o te han hecho sentir como si hubieras vivido un momento
de clara epifanía, te sigan contando cosas bonitas, estremecedoras, letra a letra, sin detenerse ni para tomarse un
café.
Luego está la fotografía como herramienta de
trabajo.
Esas fotografías que buscas desesperadamente entre
las miles de imágenes que hay en el mar de internet dependiendo de la temática
de tu historia. Sobre todo cuando lo que quieres describir pertenece a una
época que no has vivido, y por lo tanto la única manera de describirlo
correctamente es buscando, perdiéndote para encontrar ese algo.
O aquellas otras que buscas en el disco duro de tu
ordenador, pertenecientes a los viajes que has experimentado. Incluso a veces
en el momento de viajar, pronuncias mil clics
que sabes que después, llegado el momento de la narración, utilizarás para
describir ciertas escenas o ciertos momentos claves, pero solo para esos
momentos, no te servirán para nada más, porque sí, te gustarán, pero no serán
mágicas e irrepetibles a tus ojos.
Son las que dan viveza y realidad a la historia, no
fantasía. Y así cuando el lector esté sumergido en esas páginas inventadas
pueda vivir con claridad el camino que tú has elegido mostrar.
Por poner un ejemplo, estas fotografías serían todas
las que saqué durante mi visita al campo de concentración de Sachsenhausen para
documentarme, para utilizar a medida que los capítulos fuesen naciendo, para
describir desde los ojos de Saoirse como vi yo misma parte de las instalaciones
y que el paso del tiempo no jugase con mi memoria. Y son tan fidedignas que el
lector puede buscar información real sobre el campo y visualizar casi esas
mismas imágenes. Todo depende de quien esté detrás del visor y de lo que haya
decidido capturar, pero creo que la esencia puede llegar a percibirse del mismo
modo aunque con matices muy distintos, claro.
Las fotografías como herramienta de trabajo te ayudan
a describir, pero no son eternas dentro de tu corazón.
Las imágenes que te regalan inspiración, esas son
imposibles de olvidar. No importa las veces que suspires al verlas, no importa
las veces que cierres tus ojos y los vuelvas abrir, esas capturas seguirán ahí. Siempre.
Creo que la fotografía como arte que es no podría no
complementar a la escritura. Creo que todas las formas de arte pueden ir
cogidas de la mano y cabalgar juntas por los senderos de la mente humana, para
nacer de una forma indescriptible frente a nuestros ojos.
¿Qué escritor no ha soñado alguna vez poder tener el
don de dibujar, de plasmar alguna de sus escenas en papel para acompañar a sus
letras? ¿De regalar una imagen al lector con un montón de letras inconcretas de
lo que esa imagen ha removido en su corazón?
Para mí no hay escritura sin fotografía, porque son
un conjunto de imágenes lo que aparece en mi mente cuando escribo, y yo intento
retener su esencia en el papel.
Y vosotros, ¿utilizáis fotografías como fuente de
inspiración o herramientas de trabajo?
¿O no sois tan visuales…?
¡Contadme! ¡Un abrazo!
"Una imagen puede dar cuerda a toda una idea" Eso es MUY, MUY cierto xD. Recuerdo que una vez me inventé una historia solamente porque vi una botella de refresco (y sí, tiene gran significado). Por otro lado yo también creo que las artes van de la mano, de hecho, siempre que se hace algo con tipo de arte, muchas otras tienen algo que ver o al menos yo sí que trabajo así, pues me ayuda mucho a la hora de plasmar, de cualquier forma, una idea.
ResponderEliminarPor mi profesión y por mis pasatiempos y gustos, puedo decir que uso la fotografía de las dos formas que tu describes :D
¡Un abrazo!
Gracias por tu comentario, Iris! Me alegra saber que compartimos Forma de trabajar xD
Eliminar¡Un abrazo! y gracias por pasarte :-)
Qué te voy a decir yo, que me encanya expresarme con fotografías. Para mí es algo mágico, poder captar un momento en lo que dura un parpadeo, es genial :)
ResponderEliminarY a mí me encanta transmitir lo que esconde ese parpadeo, dar cuerda a la imaginación y extender ese guiño de segundos en infinitos momentos de perpetuidad! xD
EliminarUn besoteeee
Totalmente de acuerdo, para mí a la hora de escribir hay fotografías que han sido imprescindibles. Ahora que ya he terminado con Susurros (reseña pendiente....) creo que hasta yo misma he visto através de los ojos de Saoirse. Has hecho un estupendo trabajo en las descripciones y, si las fotografías te han ayudado, benditas sean. Me has hecho vivir la experiencia en primera persona :)
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado Susurros, y que hayas podido vivirlo en primera persona, era eso justo lo que pretendía, que el lector se pusiera en al piel de Saoirse, y reflexionara :-)
EliminarQué ilusión me haceee <3 <3 <3
Me conoces. Ya sabes que yo me valgo de todo, música, imágenes, ilustraciones, vídeos...
ResponderEliminarTodo lo que pueda mejorar el proyecto en el que esté trabajando...
La fotografía aparte de ser un arte muy hermoso es una herramienta de trabajo y un disparador de la imaginación.
Todo lo que peuda ayudarnos a mejorsr, merece un rincón en nuestras obras xD
EliminarTú y yo tenemos una forma muy parecida, no solo de trabajar, sino de documentarnos, y eso mola un montón! Por algo somos sweethearts! xD
El próximo artículo sabes que te le dedico, tendrás que estar atenta :-)))
Un abrazo, preciosa!! Mil besitos!