Sí, otra vez vengo a hablaros del Nanowrimo. Soy una freak, pero eso ya lo sabéis todos…así que shhhh…
Sí queréis leeís, y si no…para otra semana…
Recapitulando.
Nanowrimo. 50.000 palabras en un mes, y aquí no
importa la calidad del escrito sino lo que prima es la cantidad de palabras a
escribir. Unas 1667 palabras al día para conseguir llegar a tiempo para
alcanzar la meta. Y así obtener un primer borrador que luego habrá que
corregir, corregir, ampliar, volver a corregir, con tal de que llegue a
convertirse en un bosquejo decente de un proyecto.
Estamos a mitad de camino, estoy perdida en mi
segunda semana del certamen, comenzando la tercera y me está costando más que
los dos últimos campamentos en los que participé.
No sé qué me sucede pero aunque he llegado a la
frontera de las 25.000 palabras, voy con unas cuantas de retraso. Sí, debería estar por las 28 o casi 30.000
palabras a estas alturas, y como veis me faltan algunas (muchas, no
algunas Beka, muchas) para llegar a la meta que me he propuesto. Y eso me tiene
un poco desanimada…
[Colocar aquí acordes de una canción de Enya, con el alma nostálgica, flotando, a punto del suicidio…]
Las veces anteriores mis proyectos eran distintos,
tan distintos. Eran de género romántico y todo parecía cobrar vida de forma
casi instantánea. Me ponía mi música preferida y ale, las palabras volaban.
Sin embargo, como me gusta decir de mí misma que soy
una guerrera, probar cosas nuevas, y meterme en berenjenales de los buenos yo
solita, pues para este Nanowrimo he
elegido una de las historias que llevaba mucho tiempo esperando su oportunidad
dentro de la carpeta de ideas.
Una historia de guerreros, de tiempos apocalípticos
que van tan bien con las noticias actuales de los informativos, ubicada en
algún lugar entre Noruega y Suecia, entre pueblos perdidos, fiordos de belleza
espectacular, montañas, mar, y una sociedad rural que nada tiene que ver con
los lujos a los que estamos acostumbrados. Traiciones, venganza, muerte, y
mucha desolación. Hay de todo en este nuevo proyecto, incluso un poquito de
amor, algo tenía que haber…pero bufff…
Es una distopía, un mundo de ficción, no es mi
género romántico contemporáneo y claro…La Beks anda perdida, temblorosa, y cagaita
hasta los pies como se suele decir. Doy pasos inseguros sobre las teclas, releo
una y otra vez, corrijo, sigo en pie, pero voy demasiado lenta para un Nanowrimo.
Sé que no pasa nada, que no voy a morir si no llego
a la meta de las 50.000 palabras en el mes. Pero claro, empecé tan bien, con
tantas ganas, incluso consiguiendo más de las 1700 palabras al día, que al
sentirme apagadita y llevar varios días a cero en el contador, aparte de
hacerme ir con retraso me ha hecho desinflarme.
¡Desinflada total! ¡Plof! ¡Paranoica!
Así que mientras escribo estas líneas para un nuevo
desvarío con ansias de artículo informativo, me propongo desintoxicarme de mis
miedos. Por eso escribo en Martes y no en Miércoles.
Tengo puestas varias canciones de Ensiferum y de Amon
Amarth, en bucle, en el reproductor, a ver si así se me pega un poco la
vena “warrior” y resurjo como esos guerreros que estoy intentando plasmar en un
archivo de Word. Con rabia en la mirada, fiereza en el alma y ganas de luchar y
de sobrevivir cueste lo que cueste.
En cuanto ponga el punto y final a esta locura
blogueril me pondré de nuevo a intentar pulsar las teclas a toda velocidad,
siguiendo las notas de la guitarra y los ritmos de batería, gritando e imitando
a Petri y a Johan, y solo así, quizás, pueda meterme tanto en el papel que las
palabras comiencen a salir apresuradas, alocadas y con salvaje intensidad.
Porque a veces las musas susurran lentas, porque a
veces las ideas se atascan, los miedos paralizan y aparecen los temidos
bloqueos. Y no puedo bloquearme, no ahora…
Y entonces AdriannaDagmara (una malísima influencia) cuelga una foto de una figurita de Lagertha de Vikings, y yo me pongo a buscar los muñequitos de Funko Pop, y me enamoro de Ragnar, de
Rollo, de Floki, de Seer, de Lagertha, y los quiero todos, sobre mi mesa blanca
de escritorio, gritándome:
—Come on, Beks,
Write!!!! You can!
—Can I?
—You can!!!
Tengo que conformarme, imaginarlos tan pequeñitos y
molones porque estoy sin un duro, pero a mi mente de escritora se le da muy
bien imaginar y así siempre consigue lo que quiere.
Entonces los interrogantes aparecen frente a mis
retinas y me pregunto:
—¿Beks, siempre consigues lo quieres? ¿Luchas por
ello?
—¡Por supuesto que lucho!
Lo de conseguirlo ya será otra cosa…Pero nunca
pienso dejar de luchar.
Y no, no hablo de los muñequitos…
Hablo de mis guerreros, de mi nuevo mundo
apocalíptico, de mi universo de palabras y papel ficticio.
Y busco fotografías en Pixabay, de esas libres de derechos, y cuelgo en mi Instagram una instantánea de un fiordo,
así, para darme ánimos, por eso de que dice Jaume Vicent Bernat que soy la reina de las fotos inspiradoras para
el Nanowrimo, de libretas chulas,
cafés y eso, (para no decepcionar a mis pocos admiradores) pues me obligo a
animarme, a sentirme optimista. Y Adrianna
Dagmara me incita a viajar a Noruega, o a stalkear el campamento de Vikings en Irlanda, para ver lo que se
cuece allí, y claro…
¡Eso ayuda un montón! Me vendría tan bien…Y la mente
hace el resto.
Mi mente locatis de escritora crea la magia, y me
disfrazo a mí misma de shieldmaiden, y junto a Adrianna, que tiene escudo vikingo propio tatuado y que también participa en el
Nanowrimo, nos vamos a vivir entre guerreros, a confraternizar.
Y no me siento tan sola, ni tan perdida, ni tan
pequeñita allí, sentada en mitad de un embarcadero solitario de un fiordo que
solo existe en mi cabeza.
Y así, con la tontería, he escrito unas 1023
palabras de artículo. Y digo yo, que si hubiera empleado estas energías en el Nanowrimo ya tendría medio día
cubierto…pero soy un desastre, un auténtico desastre…tengo una capacidad innata
para andarme por las ramas, soñar y dejarme llevar. Excepto cuando me acojono y
tiemblo.
Tiemblo. Así
que…
—Warrior
without a War?
—Cry of the
Black Birds?
—Lady in Black?
—Guardians of
Asgaard?
—Victory song?
—Valhalla
awaits me?
—Burning
Leaves?
Buena música, escudos, espadas, hachas, dagas…¡y a
por las 50.000 palabras, Beks!
Y ahora mismo no sé si seguir gritando como una loca en plan vikinga cabreada o dejarme llevar por la melancolía celta del folk y relajarme, y...
A la mierda, Bekaaaa, a escribir!
Pues eso que me voy a intentar escribir...
¿Vosotros en qué andáis?
¿Los Nanowriters estáis igual de desinflados que yo? (algunas ya lo han acabado, modo envidia sana hacia Raquel García Estruch aquí ;-))
Ains...en fin... Suspiro. Suspiro. Suspiro...
¡Un abrazote!
*Gracias a Adrianna por sus palabras y la compañía, porque aunque ella no lo sepa me está ayudando un montón a querer seguir tecleando este proyecto vikingo...
lo importante es escribir ^_^ el Nanowrimo es solo una excusa :P Tengo tremendas ganas de pillar a tus vikingos, así que dale que no hay otra manera!!!
ResponderEliminarpor mi parte me mimo y me dejo llevar por la historia que más me apetece contar y paso del nano y hago lo que me sale der chichi, que pa eso es mío ;) jejeje
me quedé en casi 17000 cuando vino otra musa a soplarme al oído, ahora llevo 1000 de la nueva y disfrutando con las teclas, eso es lo que importa
mil besos, Beks!!!
No hay como ponerle nombre a los miedos y demonios para vencerlos. Conseguí estar a pre e incluso llevo más palabras de las que necesito por ahora, y pienso seguir dándole caña. No hay como mi música preferida para sacarme del atolladero!
EliminarGracias por estar siempre a mi lado, Mara, por ser la primera, por comentar, por todos los ánimos. Love you, my bromance!
Como dice Mara lo importante es escribir. El NaNoWriMo es solo una excusa para implementar un hábito. He estado reflexionando mucho desde que yo participé y he llegado a la conclusión de que para los que se estrenan en esto de escribir no es una meta realista. Soy de la opinión (yo no lo hic epro ignorancia, pero ahora estoy subsanando mi error) de que hay que empezar escribiendo relatos y todos los días para formarse, de poco sirve darnos un atracón un día y pasar semanas sin escribir. Eso solo crea frustraciones e inseguridades, hay mucha gente que lo deja porque no se ven capaces de afrontar el reto de escribir las 200 páginas (creo que es más o menos a lo que equivale la meta) y creen que no valen para esto. Un arquitecto no empieza con una Capilla Sixtina, hay que coger base y conocer el oficio.
ResponderEliminarAl menos esa es mi humilde opinión.
Y como siempre... ¡Mucho ánimo, amiga! ¡A escribir! Tú ya no eres ninguna novata y puedes con esto y con mucho más.
¡Abrazos enorme e impregnados de palabras!
Como bien dices, my sweetheart, hay que crear hábito. Y lo mejor de todo esto es saber, conocerme a mí mísma, que soy capaz de escribir 4000 palabras en un día si me lo propongo. Que puedo incitar a las musas, obligarlas, y seguir en pie.
EliminarSolo me hace falta mi música favorita para que mi mundo cobre sentido otra vez.
¿Qué sería de mí sin Ensiferum y Amon Amarth?
¿Sin el folk y las voces guturales?
Mejor no pensarlo, mi alma celta no podría soportarlo:P
Gracias por estar aquí, por estar siempre, <3 <3 <3
Un besazooo